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domingo, 20 de diciembre de 2009

Evolución hacia el Ego para ascender hacia el Ser Superior

Nos preocupamos de vincularnos con nuestro Ser Superior, pero no de hacerlo con nuestro Ego. Pretendemos trascender esta dimensión humana y ascender evitando el Ego. Pero el Ego está ahí como una parte nuestra. No es nuestro enemigo, es la parte de nosotros que define cómo aspiramos a desarrollarnos con el entorno. Sólo se realizará un auténtico contacto con el Ser Superior si en nuestros ejercicios por trascender este plano humano llevamos incorporado el Ego.

El Ego hay que trascenderlo, no hay que rechazarlo. Sólo se trasciende aquello en lo que uno se adentra. Sólo podemos, entonces, trascender esta dimensión y el sufrimiento implícito en ella con el Ego integrado, sólo así se le vence. No es una lucha contra él, sino con él. Se trata de fusionar, no de dividir.

El Ego se desarrolla dentro de los márgenes en los que puede moverse, y somos nosotros quienes marcamos los límites. Para la mayoría de nosotros el Ego es temible porque hemos querido obviarlo en lugar de conocerle e interactuar con él. Pero el Ego siempre se realiza, siempre va a desarrollar su potencial. Y si no le damos lugar en nuestra vida, en nuestro entorno personal, social, emocional, si no le dejamos realizarse en este ámbito, lo hará dentro de nuestro cuerpo.

El Ego nos hace enfermar, pero el Ego no es la enfermedad. Somos nosotros quienes, al no permitirle un lugar de desarrollo, lo bloqueamos de tal forma que termina apoderándose de nuestro cuerpo para representar en él aquello que hemos ahogado en nuestro carácter, en nuestro medio. De tal forma, cuando el Ego se desarrolla en el cuerpo, da lugar a la enfermedad. Pero el Ego no es, en principio, enfermedad, sino Realización.

Hay que escucharle, hacerse uno con él y después, sólo después de haberlo fusionado, poner la mirada en el Ser Superior.

El Ego está relacionado con los tres chakras inferiores (nivel material, sensitivo, mental inferior).

La enfermedad es el Ego atrapado en el cuerpo. Este Ego atrapado en el cuerpo representa también el lado oscuro de la persona, lo oculto, lo silenciado. La enfermedad representa esto: el Ego bloqueado, el lado oscuro que surge a la luz por la fuerza, sin nuestro consentimiento.

He visto personas catalogadas de maravillosas enfermar y, en alguna ocasión, morir. Eran personas que no creaban conflictos con el exterior, definidas como buenas. Ellas tenían el conflicto dentro, tenían su Ego bloqueado.

He visto personas juzgadas como malas no padecer una sola enfermedad en muchos años, gente con la que, en ocasiones, el entorno ha chocado y las ha definido como egoístas y conflictivas. Ellas siguen los mandatos de su Ego, y no les importa el impacto en los demás. La clave está en no ser esclavo del Ego, pero tampoco someterlo.

La clave está en sumergirse en él, conocerlo y aceptarlo como parte de lo que somos y hemos de desarrollar sin hacer daño a nadie, pero sí satisfaciéndonos a nosotros mismos. Y entonces fusionarse y convertirse en uno con él, de modo que aquél que desee ascender de dimensión no tenga contradicciones, no tenga nada “escondido” de sí mismo y pueda liberarse al fin.

Graciela Bárbulo
www.gracielabarbulo.com