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domingo, 9 de enero de 2011

El otro día desperté.

El otro día me dormí, soñé con gente de mi entorno querido, y soñé que ellos tenían otros papeles en la vida, y otra relación conmigo, y me creí mi sueño, desperté y lo recordé. Entonces lo conté a esas personas que me acompañaban. Y sonreímos.

Y aún otro día no me dormí; sin embargo, desperté y recordé mi sueño…, lo que hasta entonces había creído “mi vida”. Y supe que lo que recordaba era, así mismo, aquello que de nuevo creía verdad, sin embargo, era un semi-sueño, algo más consciente que el anterior. Y en aquella vida a la que desperté, muchos de aquellos que habían desaparecido de mi lado en mi vida tridimensional, bien porque habían elegido otros caminos, bien porque habían fallecido, estaban presentes. Y pude compartir con ellos mi vivencia de su ausencia. Y sonreímos juntos.

Entonces supe que debía volver a mi vida de semi-sueño. Y me despedí de todos ellos “hasta otra”. Algunos volverían a su propio sueño, otros al mío mismo, y otros quedarían en aquella dimensión ayudándonos a sobrellevar este sueño de vida tridimensional y asomarse de vez en cuando por los rincones de nuestra consciencia, pacientes.

Y cuando volví a mi vida de semi-sueño, recordaba mi despertar y entendía quien era yo aquí, alguien que había tocado dentro de sí con la consciencia de esta otra vida, y que debía comunicar su existencia paralela a este semi-sueño a todos aquellos listos para abordar esta realidad.

Y me senté frente al ordenador y escribí un mail para todos ellos:

“El otro día me dormí, …” Y supe que todos los que somos “estamos”, y estamos juntos, nunca nos quedamos solos porque con respecto de aquellos seres a quienes amamos formamos una unidad que transciende nuestros sueños. Y supe que todos somos inocentes, víctimas de nuestra propia mente inconsciente, que vaga por recovecos de imaginaciones creativas, sin ser conscientes del impacto en nuestras identidades. Y supe que podíamos “despertar”, liberarnos y vivir esta vida despiertos, sabiendo que aún los seres que no se representan en ella, o que lo hacen en un personaje que nos incomoda, están junto a nuestra realidad de unión, porque todos somos Uno, y es en esa realidad donde debemos encontrarnos


Graciela Bárbulo
www.gracielabarbulo.com

viernes, 10 de diciembre de 2010

Testimonio

Navegando por internet buscando respuestas a mi estado de tristeza y rabia predominante, de forma casual o causal "tropecé" con un texto "teoría de las esferas", que me cautivó. Busqué información sobre su autor/a hasta que di con su página web, donde ofrecía una terapia. Sin pensármelo llamé por teléfono para recibir la terapia y a partir de ahí estuvimos un tiempo maravilloso en contacto continuo, numerosos emails y ejercicios especiales que iban y venían... aún ahora se me humedecen los ojos al recordar el cariño, apoyo y protección que recibí por parte de Graciela, siempre estuvo ahí a mi lado, enseñándome a ver la vida con otros ojos, a "andar con zapatos nuevos" como ella mísma decía y abriéndome el corazón.

Ahora tengo mi fruto y estoy orgullosa de haber sido su "paciente" y alumna de TSH. Ya no me siento triste porque he aprendido a identificar y no engancharme a emociones o personas que "me hacen daño", me siento responsable de mi entorno y de lo que me acontece y si mi rabia aparece , la cambio por aceptación o por la paciencia y la miro con una sonrisa. Graciela me ha enseñado a amar sin sufrir y es que ahora me amo, amo y soy amada. ¿Qué más puedo pedir? ¡Si es que tenía que haberla conocido antes!

¡Gracias Graciela!


 (Elena Mª González Expósito)

miércoles, 24 de noviembre de 2010

DESPERTAR NO ES SOLO AYUDARNOS, DESPERTAR ES AYUDAR AL UNIVERSO ENTERO


Las formas de vida que generacionalmente se ha auto implantado el ser humano, esas maneras fáciles y cómodas de vivir, nos están alejando cada vez más de la verdad, del único y verdadero significado de la existencia humana en la tierra. La sensibilidad de ver lo verdaderamente genuino, la hemos ido recubriendo, enterrando con otras costumbres de tipo materialistas, mundanas e ilusorias. Ya no somos capaces de ver lo que realmente es real y perenne, solo vemos y damos valor a cosas, solo cosas, cosas caducas, cosas que se tocan por debajo y caen como castillos de naipes, son pequeñas cosas (pequeñas, porque todas las cosas materiales son pequeñas, ya pueden ser un gran coche, una gran mansión o un rascacielos de mil plantas), que solo nos elevan por momentos, al igual que una noria, nos sube, pero ya antes de subir sabemos que tenemos que bajar, de una forma o de otra.

Despertemos, despertemos de esa visión materialista, limpiemos nuestra cornea, levantemos esa costra que no nos deja ver el autentico tesoro, el verdadero ORO REAL que Dios nos muestra segundo tras segundo, minuto tras minuto, sin cansarse nunca.
EL siempre está ahí, a la espera de que veamos lo que nos está ofreciendo delante de nuestros ojos cada vez que los cerramos y los volvemos a abrir, cada vez que miramos a una paloma y no apreciamos su belleza, cada vez que inspiramos oxígeno y no le ponemos importancia, ni reconocemos lo imprescindible que es para poder vivir, y aún así, no somos capaces ninguna vez, tan solo una vez, de quitar un minuto, tan solo un minuto de nuestros quehaceres cotidianos para decir, o tan solo pensar, “gracias al oxígeno del universo no me asfixio y vivo placenteramente”, no cuesta nada decirlo, es fácil de pronunciar, y más fácil es de entender y de asentir de que es cierto.

¿Quién, viéndose asfixiado, no cambiaría todas sus riquezas por un átomo de oxigeno que alivie su agonía?

¿Quién, ciego, no cambiaría todos sus tesoros por una minúscula rendija de luz?

¿Quién, enfermo y postrado, no daría todas sus posesiones por poderse levantar y dar dos pasos hacia una ventana a que el Sol caliente su piel?

Tenemos creído que todo es nuestro, que todo nos pertenece, que todo nos lo merecemos, pero no es así, tan solo estamos mal usando un universo, un mundo lleno de exquisiteces que no vemos. Parémonos por un momento…¡Padre Dios, perdónanos por no ver, por no mirar donde realmente tenemos que buscar!, ¡Padre Dios, gracias por todo lo que nos das, y sin cansarte de nuestro mal agradecimiento, nos sigues dando!, realmente, esto solo son tres segundos de nuestro tiempo, no más, y estos tres segundos son una “tremenda recarga” para nosotros, y por consiguiente, para el universo entero, que nos acoge y nos protege con todo lo que de él usamos, ¿es mucho agradecer vida?
Tenemos hambre y teniendo el alimento delante de nuestros ojos no nos alimentamos, tenemos sed y teniendo el agua delante de nuestros ojos no la tomamos. No debemos abusar ya más de la paciencia de Dios, preguntémonos: ¿Dios se puede cansar?..., seamos agradecidos, usemos la felicidad que Nuestro Padre nos brinda con cada amanecer, busquemos donde realmente hay que buscar, en nuestro interior, en nuestros corazones, ahí es donde está el verdadero ORO que no funde, que no se raya, ni se destruye, todo lo contrario, regenera, construye y levanta.

Este, quien redacta, fue un explorador equivocado, yo busque en donde no había, es decir, me subí en la noria, el ascenso era apasionante mientras duraba, mi intención era quedarme siempre arriba, pero obviamente, volvía a bajar; llegando a un punto en que ya me mareaba, y decidí buscar otras maneras de ascender y no bajar, otra forma para mantenerme en equilibrio, siempre arriba, mirando y disfrutando del bello paisaje de la vida que Dios nos brinda; y casualmente, buscando entre todo tipos de norias, cohetes y propulsores, me encontré un gran impulsor, un autentico lanzador fuera del éter, donde no bajas, donde si realmente quieres, flotas eternamente. TSH se llama el impulsor que me sacó de lo mundano, con TSH mi vida cambió completamente, pero no solo la mía, sino también la de todos los que están a mi alrededor, directa o indirectamente han sido tocados por mi ascenso. TSH me ha ayudado a limpiar la costra de mi cornea, me ha ayudado a ver donde antes no veía, me ha ayudado a ver la única verdad de nuestra existencia, el Amor, solo Amor, ¿es curioso verdad? Amor, solo Amor, ¿a quién no le gusta que le den Amor?, utilicémoslo, es lo único que nos salva de todo lo profano, terrenal y caduco.

Es excelente, como cuando uno asciende, los que están debajo te ven tan lleno y tan seguro que muestran interés por ti, poniendo mucha atención a tus consejos, los que por supuesto, surte mucho efecto positivo en ellos, así ha sido mi experiencia.

Desde aquí, desde estas líneas mal formadas, mi intención ha sido la de abrir corazones, la de despertar a quien pueda estar dormido como yo lo estaba, informar o ayudar a quien esté en búsqueda como yo lo estuve. Solo tenemos que pararnos un solo minuto, y buscar dentro de nosotros mismos, es fácil, busquemos y encontraremos con total seguridad, dejemos salir ese Amor reprimido que está tan deseoso de salir al exterior y no le permitimos, hagamos una prueba, no nos costará nada y nos puede dar MUCHO a ganar.

No quiero dejar pasar esta oportunidad, para públicamente agradecer a Graciela Bárbulo por ofrecerme TSH, por tirar de la cuerda y sacarme de las profundidades oscuras que tanto me atormentaban, a mí, y a otros que conmigo han estado y están despertando.


Valentín R.
TENERIFE

miércoles, 3 de noviembre de 2010

LIBERACIÓN DE TENDENCIAS RECURRENTES

Llamamos “tendencias recurrentes” a todas aquellas tendencias personales que van en detrimento de nuestra identidad y suceden recurrentemente. Al decir identidad, nos referimos a nuestra auténtica naturaleza, aquella con la que nos sentimos identificados y no supone ningún conflicto con nuestras emociones, ideales, opiniones… En este caso, se trataría de ir afines a nuestra auténtica realidad profunda, de forma que nos realicemos a cada paso desde nuestra más genuina identidad, reafirmándonos en nuestra naturaleza más pura, en la Verdad de quienes Somos.

Sin embargo, es común que a lo largo de nuestras vidas nos sucedan cosas que, aunque tal vez nos pasen desapercibidas en su momento, representen el estímulo de situaciones o comportamientos que, a partir de este momento, iremos arrastrando toda nuestra vida, preguntándonos: ¿por qué yo, cada vez que… siempre me sucede como consecuencia…? (y eso me hace sufrir).

¿Eres de esas personas que siempre que confían en una persona, ésta les traiciona? ¿Te sucede que cada vez que tienes una nueva pareja, te trata de modo que te hace sufrir, por ejemplo, te engaña o te menosprecia? ¿Te aterra hablar en público?…

Este sistema de sanación trata de liberar “eso” negativo que parece que nos pasa siempre ante una situación o actuación concreta, a lo que parecemos estar abocados y nos hace daño.

La persona a la que le sucede “eso” no eres Tú. “Eso” que parece que forma parte de ti, o de tu suerte, es algo que surgió en un momento dado para que pudieras sobrevivir en un determinado entorno o situación.

Tu naturaleza genuina no lleva incorporada esta tendencia, pero en algún momento algo sucedió que provocó que fuera necesaria una actitud específica para poder formar parte de algo a lo que creíste pertenecer. Las personas involucradas con este entorno te dañaron, de forma que tú, para permanecer formando parte de “aquello” adoptaste una actitud concreta a través de la cual ya lograbas sentir que tenías cabida.

Estas tendencias suelen haber sido creadas de niños, es por eso que lo más frecuente es encontrar el punto de partida en las figuras de los padres, aunque también cabe la posibilidad de encontrarla en personas aparecidas posteriormente. Cuando más pequeña en edad es la persona que adopta una tendencia recurrente, más enquistada está y, por lo tanto, más trabajo cuesta sacarla. En estos casos es posible tener que hacer varios ejercicios de liberación de la tendencia, puesto que al ir investigando en nuestra memoria emocional, solemos encontrarnos no sólo el punto de origen, si no también situaciones que, a lo largo de nuestra vida, han ido afianzando esta tendencia en diferentes situaciones. En todo caso, es bueno saber que, tras cada ejercicio, la tendencia se va debilitando, hasta finalmente lograr liberarse completamente. Es decir, cada vez que trabajes en ello, lograrás resultados irreversibles.

Algunos ejemplos de “Tendencias Recurrentes”:

- Un padre humillaba siempre a su hija, entonces ella, dado que sentía que el lugar emocional al que pertenecía era “ser su hija”, aprendió a mostrarse inferior de lo que realmente era. Se humillaba ella sola para ser aceptada. Finalmente, atraía parejas que le permitieran seguir con su papel de víctima, es decir, personas violentas que la menospreciaban.

- Un niño se sentía inferior a su hermano, porque él era más inteligente, entonces el primero adoptó la actitud de mentir para hacerse interesante, con lo que nadie le creía nunca. Finalmente, adoptó una pose de mentiroso, y atraía personas más inteligentes que descubrían sus mentiras, afincando así en su identidad la tendencia de mentiroso, y las experiencias siempre le mostraban que era inferior a los otros.

- Le decían de adolescente, en casa, que nunca encontraría pareja, porque era muy gordo, entonces cada vez que conocía a alguien que le gustaba, tendía a comer indiscriminadamente debido a la ansiedad de volver a dar esa imagen, con lo que engordaba, y lograba reproducir en cada intento la realidad que había ingresado en su identidad.

- Su madre le apabullaba hablando cuando ella quería decir algo, y cuando la niña conseguía expresarse, la interrumpía siempre y se mofaba de lo que había dicho, aún con otras personas delante. Finalmente, esta niña desarrollo tartamudeo y pánico escénico.

- Un niño con mucha creatividad creció junto a una figura paterna que constantemente bloqueaba sus impulsos creativos. El impulso interno de este niño era pegarle, pero sabía que no podía. Finalmente, generó una tendencia a los tics nerviosos.


- Cuando era niña y se disgustaba, su madre, lejos de servirle de consuelo, apoyo y alivio, le amenazaba si lloraba, y si no podía parar, le pegaba. Cuando sentía alegría, mostraba una ira irrefrenable y le impedía llevar a cabo aquellos proyectos que le provocaban su felicidad. Finalmente, encontró un hombre egoísta y carente de empatía, junto al cual tendría que reprimir sus vivencias emocionales internas, en lugar de darse el placer de compartirlas, porque él se las castigaba emocionalmente.

Vamos a trabajar con la liberación de “eso que no eres tú”, y sin embargo “actúa a través de ti”.

Ejercicio de Liberación de Tendencias Recurrentes:


Busca una postura cómoda. Te puedes tumbar. Respira profundamente varias veces, mientras te adentras con tu mente y tus emociones en la identidad con la que quieres trabajar. Y rememora “esa” tendencia de “ti” que surge recurrentemente y deseas eliminar.

Los pasos para este ejercicio son:

- Identificar esa situación recurrente que no nos deja avanzar

- Re-conocer (darse cuenta) que fue creada por nosotros mismos, para cubrir una necesidad. En ese momento de creación la necesitábamos para “sobrevivir” (en un entorno concreto, ante una ilusión concreta, como protección de una amenaza psicológica…).

- Desgajarla de quien “yo soy”, desinvolucrarla de nosotros y plantarla ante nuestra consciencia.

- Hurgar en el punto de partida (cuando fue imprescindible para sobrevivir), y trabajar a fondo con todos los recuerdos a nivel de sentimientos, miedos, necesidad de apoyo,… que nos hizo crear esa “identidad” de nosotros mismos, con el fin de acoplarla a un puzle en el que nosotros, tal cual éramos genuinamente, no teníamos cabida.

- Viajar desde el momento en que fue necesaria esa identidad a través de todo el recorrido en que nos fue acompañando, en nuestra vida, imponiendo su presencia, privándonos de tantas posibilidades de vivir en consonancia con quienes “sí” somos aunque estábamos obstruidos por ella.

- Reconocer a esta identidad que..
o la creamos nosotros mismos
o En el momento de su creación cumplió una función imprescindible para nosotros.
o Ya no la necesitamos. Ahora esta energía que la compone puede volver al todo, a su origen. Ya cumplió su misión. Estamos agradecidos, pero nos tenemos que despedir de ella.
o Elevarla hacia nuestro Ser Superior y sentir cómo ya no es parte de nosotros (es normal sentir una especie de sensación de desamparo, de añoranza -ahora nos hemos quedado un poco solos-).
o Sentir “quién se es” liberado de esta identidad.


¡Sé quien Eres!


Graciela Bárbulo
www.gracielabarbulo.com

miércoles, 27 de octubre de 2010

Sesiones de Terapia de Sanación Holística - TSH



Os informo que estaré haciendo Terapia de Sanación Holística, TSH, la parafarmacia "farmadal",(Boadilla del Monte), Madrid, previa petición de cita.

Esta Terapia está basada en:


- Desbloqueo y equilibrado de Chakras
- Limpieza del Aura
- Trabajo interior sobre la Raíz del Conflicto


El objetivo de TSH es elevar el nivel de consciencia, en la búsqueda del equilibrio de los aspectos físico, emocional y mental de la persona, promoviendo así la sanación a nivel holístico de éstos tres niveles de existencia.

Más información, en:

www.gracielabarbulo.com
Tfno: 629589101

domingo, 21 de marzo de 2010

Extracto del libro "Mundos de Éter: Interpretación del Mundo desde una Mente Superior". Graciela Bárbulo


En el libro “Mundos de Éter”, se habla muy apropiadamente de los contratos adquiridos con otros compañeros de camino... ¡que no siempre nos gustan!
Cada uno de vosotros, para llevar a cabo vuestra labor, necesitabais de la colaboración de los otros, de manera que por ambas partes pudierais actuar en consecuencia de la labor prevista, de la expresión que habíais venido a llevar a cabo en este mundo.


PREPARACIÓN PARA EL NUEVO MUNDO:
(Habla el Ser Superior)


CONTRATOS

Todo esto que os he contado es una información muy amplia. Ahora quisiera desglosar algunos detalles que especifiquen mejor todo ello, para que así puedas comprender el porqué de muchas cosas.

Vamos a hablar de los contratos. Los contratos se establecieron entre vosotros desde nuestra dimensión, para poder llevar a cabo las acciones pertinentes en el mundo 3D, en la Tierra.

Cada uno de vosotros, para llevar a cabo vuestra labor, necesitabais de la colaboración de los otros, de manera que por ambas partes pudierais actuar en consecuencia de la labor prevista, de la expresión que habíais venido a llevar a cabo en este mundo.

Esto quiere decir que muchas de las personas que habéis conocido, muchas de las situaciones con las que os habéis encontrado en vuestra vida han servido para vuestra expresión en algún sentido, y a la vez esas personas se han visto beneficiadas por el encuentro con vosotros.

¿Cómo podíais haber aprendido a amar si no os hubierais encontrado a alguien que hiciera surgir el desamor en vosotros? ¿Cómo podríais haber desarrollado vuestra autoestima si no fuera porque os habéis encontrado en situaciones que han puesto en tela de juicio vuestra valía y no os ha dejado más remedio que enfrentaros con vuestra visión de vosotros mismos, y, tal vez por la necesidad de sobrevivir en la 3D, tuvisteis que defenderos, que sacar las uñas.

¿Cómo podríais haber podido llevar a cabo las capacidades que lleváis dentro como potencial, como semillas, sino fuera porque el mundo os ha empujado a ello?

A veces, esas mismas situaciones que habéis vivido con horror han sido vuestra Luz. Y tanto más violentas han sido cuanta más resistencia teníais vosotros a desarrollar el potencial implícito, el potencial que habíais venido a desarrollar.

La valentía, el amor, el coraje, el reconocimiento de quien realmente sois, incluso el reconocimiento y amor a vuestro Ser Superior, ¿cómo podría haberse expresado en un mundo perfecto que os obnubilara, donde ni siquiera fuera necesario tomar conciencia de vosotros mismos?

Te propongo que intentes averiguar qué dolores tienes de tu pasado.
Intenta reconocer el desarrollo personal que implicaron en ti. Observa, del mismo modo, qué implicó en el "otro".

Este ejercicio te servirá para perdonar y reconocer tu responsabilidad en todo ello, a lo que tal vez reconociste como mala suerte, o mala persona.


- Primero, liquida tu pasado.
- Luego analiza tu situación actual y averigua qué es lo que estás desarrollando.
- Saca tu mente de la 3D para comprender, y reconoce la labor maravillosa de la persona que presiona "equis" parte de ti.
- Dale las gracias en tu interior por llevar a cabo su contrato.

¿Tal vez tu madre te presione, quizá con sus chantajes emocionales?

¿Tal vez tu pareja te manipule, te enrede en sus celos?

¿Tal vez en tu trabajo te mancillan o te ofenden?

Si tú te dejas hacer, si permites que te hagan daño sin actuar, no en contra de los otros, sino a favor de tu integridad, estás incumpliendo parte de tu contrato.

Si sientes que estas actuaciones dañan tu ser, probablemente ese contrato establecido sea que tú te rebeles y la otra parte tenga, por ello, que enfrentarse con su propio dolor, al no acogerlo tú en ti, y de esta forma tu desarrolles la identidad de tu Ser y el otro, al enfrentarse a sí mismo, también.

Medita sobre ello.

Tú hiciste estos contratos en esta dimensión. Todas las personas con las que tienes un vínculo importante en esta vida y tú tenéis un contrato de por medio. Lo firmasteis felices, esperanzados y, deseándoos suerte vinisteis a la Tierra. Cuando volváis a ascender os felicitareis por vuestra labor, y os daréis un abrazo y haréis una fiesta, y todas esas personas que sientes que te han fastidiado tal vez sean los más queridos compañeros de esta dimensión, y es por ello por lo que tal vez el vínculo ha sido tan duro, estrecho, pero fuerte.

Piensa:

- ¿Qué te hace desarrollar el jefe tirano que te denigra?
- ¿Qué desarrollaría él si tú te defendieras y no te acoquinaras?
- ¿Qué te hace desarrollar el dolor de esa persona amada que se fue de tu lado?
- ¿Qué camino abres si no te quedas anclado en el dolor? ¿Qué desarrollas y qué puertas abres si te liberas de ello? ¿Qué desarrollará él? (hablaremos de las energías que vinculan a las personas y de su liberación)

EL VELO

A veces te has preguntado, "bueno, si he venido aquí a realizar una serie de cosas, ¿por qué no me acuerdo? Sería más fácil si lo recordara, lo haría sin más".

Sí, pero no serviría de nada. No te lo estarías creyendo. Estarías representando una obra de teatro sabiendo que eres actor. Ahora te identificas con el personaje. Es desde ahí desde donde la labor puede ser hecha.

Porque, qué lucha sería si ya sabes que aquello tras lo que vas ya te pertenece por definición.

Cuando entraste en la 3D, inevitablemente fuiste olvidando el Ser Superior que eras para que todo aquello que implicara lucha se pudiera representar, así como también el logro consecuente.

Es eso lo que querías cuando eras parte de tu Ser Superior. Querías desarrollar una parte de Ti que no era posible hacerlo si permanecías en aquella dimensión a la que, por otra parte, sigues perteneciendo, pero de la que se ha des-identificado esa parte de Ti que vino aquí, para poder vivir todo esto.

En cualquier caso, el logro final, una vez desarrollado todo aquello por lo que habéis venido aquí, es el reconocimiento de la propia identidad como Ser Elevado y la fusión, de nuevo, con tu verdadera naturaleza, donde ya no hay lucha, pues todo ya está ahí. Porque es una dimensión donde el espacio y el tiempo no existen como aquí.

Intenta traspasar el velo del ego:

Medita y ante cada situación de esta vida que te llame la atención en cualquier sentido, piensa en ella y déjala estática en tu mente, sabiendo que sólo es la tapadera de algo que lo trasciende.

Céntrate en una situación que te preocupe en este momento y obsérvala como si su desarrollo se estuviera proyectando en una cortina que te separa de la verdadera identidad de tal acontecimiento.

Atiende fijamente al desarrollo de los hechos sin perder la consciencia de que es una plasmación sobre una cortina que te separa de la verdadera identidad. Siente que la "película" se está proyectando desde el otro lado de esta cortina.

Deja que la cortina vaya trasparentando lo que hay del otro lado.

Observa que del otro lado la Realidad tiene todos los porqués y carece de conflicto. Fíjate cómo es que el conflicto surge en la plasmación de esta Realidad y en el punto de vista desde el que tú la observas, lleno de juicios.

Ve el otro lado y comprende la Realidad que transciende lo aparente.


Graciela Barbulo
ISBN: 84-9802-052-2



Artículo extraído de http://www.portaldorado.com/

viernes, 12 de marzo de 2010

ESCUCHA TU CUERPO.

LA DIGESTION

Por medio de la digestión, procesamos elementos materiales de este mundo. La digestión abarca:

1. Captación del mundo exterior en forma de elementos materiales.
2. Diferenciación entre lo asimilable y lo no asimilable.
3. Asimilación de las sustancias asimilables.
4. Expulsión de lo no digerible.

El que tiene hambre de cariño y no puede saciarla, manifiesta este afán en el aspecto corporal en forma de hambre de golosinas. El hambre de golosinas siempre expresa un hambre de cariño no saciada. Queda patente el doble significado que se atribuye a lo dulce: cuando vemos una chica guapa decimos que es un bombón y que está para comérsela. El amor y lo dulce tienen una estrecha relación. El deseo de golosinas en los niños es claro indicio de que no se sienten lo bastante amados. Los padres suelen protestar de semejante imputación diciendo que ellos «harían cualquier cosa por su hijo». Pero «hacer cualquier cosa» no es forzosamente lo mismo que «amar». El que come caramelos anhela amor y seguridad. Es más fiable esta regla que la valoración de la propia capacidad de amar. También hay padres que atiborran de golosinas a sus hijos, con lo que indican que no están dispuestos a ofrecer amor a sus hijos, por lo que tratan de compensarles de otro modo.

Las personas que realizan un trabajo intelectual y tienen que pensar mucho, muestran preferencia por los alimentos salados y los platos fuertes. Los muy conservadores, tienen predilección por los alimentos en conserva, especialmente los ahumados y el té cargado que beben sin azúcar (en general, son alimentos ricos en ácido tánico).

Los que gustan de comidas picantes denotan deseo de nuevas emociones, son personas amantes de los desafíos, a pesar de que pueden ser indigestos, diametralmente opuestas a las que sólo comen cosas suaves: nada de sal ni especias. Estas personas rehúyen todo lo que sea novedad. Se desentienden de los retos y temen todo enfrentamiento. Este temor puede acentuarse hasta hacerles adoptar un régimen a base de papillas, como el del enfermo del estómago.

Las papillas son comidas de bebé, lo que indica claramente que el enfermo del estómago ha experimentado una regresión hasta la indiferenciación de la infancia, en la que no se puede elegir ni cortar y hay que renunciar hasta a morder y masticar (actividades estas en exceso agresivas) la comida. Este individuo evita tragar alimentos sólidos.

Un temor exagerado a las espinas simboliza el miedo a las agresiones. La preocupación por los huesos, miedo a los problemas, no se quiere llegar al meollo de la cuestión. Pero también existe el grupo contrario: los macrobióticos. Estas personas van en busca de problemas, prefieren alimentos para hincar el diente. Quieren desentrañar las cosas y prefieren los alimentos duros. Llegan hasta evitar los aspectos placenteros: a la hora del postre, eligen algo duro de roer.

Los macrobióticos denotan así cierto miedo al amor y la ternura y su incapacidad para aceptar el amor. Algunas personas llevan a tal extremo su afán de huir de los conflictos, que acaban teniendo que ser alimentadas por vía intravenosa en una unidad de cuidados intensivos. Ésta es sin duda la forma más segura de vegetar sin tener que molestarse.

Los dientes.

Los alimentos entran por la boca y en ella son triturados por los dientes. Con los dientes mordemos y masticamos. Morder es un acto muy agresivo, expresión de la capacidad de agarrar, sujetar y atacar. El perro enseña los dientes para demostrar su peligrosa agresividad; también nosotros decimos que vamos a «enseñar los dientes» a alguien cuando estamos decididos a defendernos. Una mala dentadura es indicio de que una persona tiene dificultad para manifestar su agresividad.

Hay personas que hacen rechinar los dientes mientras duermen, algunas con tanta fuerza que hay que ponerles un aparato en la boca para que no se los desgasten de tanto rechinar. El simbolismo está claro. El rechinar de dientes es sinónimo reconocido de agresividad impotente.El que durante el día no puede ceder al deseo de morder, tiene que rechinar los dientes por la noche hasta desgastarlos. Las encías son la base de los dientes, su lecho. Las encías representan también la base de la vitalidad y agresividad, confianza y seguridad en sí mismo. Pero las encías sensibles que sangran con facilidad no sirven para ello. La sangre es símbolo de vida, y la encía sangrante nos indica cómo, a la menor contrariedad, se le va la vida a la confianza y a la seguridad en sí mismo.

Tragar

Una vez triturados los alimentos con los dientes, los ensalivamos y los tragamos. Con el acto de tragar integramos, admitimos: tragar es incorporar. Mientras tenemos algo en la boca podemos escupirlo. Una vez lo hemos tragado, el proceso es difícilmente reversible. Los trozos grandes son difíciles y hasta imposibles de tragar. A veces, en la vida uno tiene que tragar algo contra su voluntad, por ejemplo, un despido. Hay malas noticias que son difíciles de tragar. Precisamente en estos casos, un poco de líquido puede facilitar la operación, especialmente si se trata de un buen trago. Del alcohólico se dice que traga mucho. Por lo general, el trago alcohólico sirve para facilitar o incluso, sustituir otros tragos. Se traga alcohol porque en la vida hay otras cosas que uno no puede ni quiere tragar. Así, el alcohólico sustituye la comida por la bebida (beber mucho provoca pérdida del apetito), sustituye el trago duro y sólido por el suave y líquido, el trago de la botella.

Hay numerosos trastornos de la deglución, por ejemplo, el nudo en la garganta, o unas anginas, que producen la sensación de no poder tragar. En estos casos, el afectado debe preguntarse: ¿Qué hay actualmente en mi vida que yo no pueda o no quiera tragar?

Entre estos trastornos figura el de la «aerofagia», afección que impulsa a tragar aire. Huelgan más explicaciones para descubrir lo que ocurre en estos casos. Hay algo que uno no quiere tragar, no quiere asimilar, pero disimula tragando aire. Esta resistencia encubierta contra la deglución se manifiesta después con eructos y ventosidades.

Náuseas y vómitos.

Una vez hemos tragado el alimento, éste puede resultar indigesto, como si tuviéramos una piedra en el estómago. Ahora bien, la piedra, al igual que el hueso de la fruta, es símbolo de problema. Todos sabemos cómo puede bloquearnos el estómago y quitarnos el apetito un problema. El apetito depende en gran medida de la situación psíquica. Hay multitud de expresiones que señalan esta analogía entre los procesos psíquicos y somáticos: Eso me ha quitado el apetito, o: Sólo de pensarlo me da mareo. O también: Nada más verlo se me revuelve el estómago.

El mareo señala rechazo de algo que, por lo tanto, se nos sienta en la boca del estómago. También comer desordenada y atropelladamente puede producir mareo. La náusea culmina en el vómito del alimento. El individuo se libra de las cosas e impresiones que rechaza, que no quiere asimilar. El vómito es una expresión categórica de defensa y repudio.

Vomitar es «no aceptar». Esta relación se expresa claramente en los vómitos del embarazo. Aquí se expresa el rechazo inconsciente de la criatura o del semen que la mujer no quiere «incorporar». Siguiendo el razonamiento, los vómitos del embarazo también pueden expresar un rechazo de la función femenina (la maternidad).

El estómago.

El lugar al que a continuación llega el alimento (no vomitado) es el estómago, cuya primera función es la de servir de recipiente. Él recibe todas las impresiones que vienen del exterior, lo que hay que digerir. La capacidad de recibir exige apertura, pasividad y capacidad de entrega. En virtud de estas propiedades, el estómago representa el polo femenino. Mientras que el principio masculino está caracterizado por la facultad de irradiar y por la actividad (elemento fuego), el principio femenino engloba la capacidad de aceptación, la abnegación, la sensibilidad y la facultad de recibir y guardar (elemento agua).

Lo que representa el elemento femenino en el terreno psíquico es la sensibilidad, el mundo de la percepción. Si un individuo reprime en la mente la capacidad de sentir, esta función pasa al cuerpo, y el estómago, además de los alimentos, tiene que admitir y digerir los sentimientos.En este caso, no es que el amor pase por el estómago sino que sentimos un peso en el estómago que más tarde o más temprano se manifestará como adiposidad. Además de la facultad de recibir, en el estómago hallamos otra función, correspondiente ésta al polo masculino: producción de ácidos.

El estómago reacciona produciendo un ácido agresivo con el que pretende modificar y digerir unos sentimientos no materiales, empresa difícil y molesta que nos recuerda que no es conveniente tragarse el mal humor ni obligar al estómago a digerirlo. El ácido jugo gástrico aumenta porque quiere imponerse.Pero esto acarrea problemas al enfermo del estómago, que carece de la capacidad de enfrentarse conscientemente con su mal humor y su agresividad, para resolver de modo responsable conflictos y problemas.

El enfermo del estómago o no exterioriza su agresividad (se la traga) o demuestra una agresividad exagerada, pero ni un extremo ni el otro le ayudan a resolver el problema realmente, ya que carece de confianza y seguridad en sí mismo, sentimiento indispensable para que el individuo resuelva su problema, carencia a la que aludimos al tratar del tema Dientes–Encías.

El enfermo del estómago es una persona que rehúye conflictos. Inconscientemente, añora la plácida niñez. Su estómago pide papilla. Y el enfermo del estómago se alimenta de cosas que han sido tamizadas por el pasapurés y que, por lo tanto, han demostrado ser inofensivas. Puede haber grumos. Los problemas se han quedado en el tamiz.

El enfermo del estómago no tolera los alimentos crudos, por bastos, primitivos y peligrosos. Antes de que él se atreva con los alimentos, éstos tienen que ser sometidos al agresivo proceso de la cocción. El pan integral es indigesto, porque aún contiene muchos problemas. Todos los alimentos sabrosos, el alcohol, el café, la nicotina y los dulces representan un estímulo excesivo para el enfermo del estómago. La vida y la comida tienen que estar exentas de desafíos. El ácido gástrico produce una sensación de opresión que impide registrar nuevas impresiones.

La ingestión de medicamentos antiácidos suele provocar eructos, con el consiguiente alivio, ya que eructar es una manifestación agresiva hacia el exterior. Con esto uno ha hecho disminuir un poco la presión.La terapia que suele aplicar la medicina académica (por ejemplo, «Valium») refleja la misma relación: el medicamento interrumpe químicamente la unión entre la mente y el sistema vegetativo.

La actitud básica de proyectar los sentimientos y la agresividad no hacia fuera sino hacia dentro, contra uno mismo provoca finalmente la úlcera de estómago. La úlcera es una llaga que se forma en la pared del estómago. El enfermo de úlcera, en lugar de digerir las impresiones del exterior, digiere el propio estómago. El enfermo de estómago tiene que aprender a tomar conciencia de sus sentimientos, afrontar conscientemente los conflictos y digerir conscientemente las impresiones. Además, el paciente de úlcera debe admitir y reconocer sus deseos de dependencia infantil, de la protección materna y el afán de ser querido y mimado, incluso y precisamente cuando estos deseos estén bien disimulados tras una fachada de independencia, autoridad y aplomo. También aquí el estómago revela la verdad.

Los ácidos atacan, corroen, descomponen: son inequívocamente agresivos. Una persona que sufre un disgusto dirá: Estoy amargado. Si la persona no consigue vencer este furor conscientemente o transmutarlo en agresión y se traga el mal humor, o traga bilis, su agresividad y su amargura se somatizan en ácidos estomacales, en trastornos estomacales y digestivos sería relevante hacerse las preguntas siguientes:

1. ¿Qué es lo que no puedo o no quiero tragar?
2. ¿Me consumo interiormente?
3. ¿Cómo llevo mis sentimientos?
4. ¿Qué me amarga?
5. ¿Cómo llevo mi agresividad?
6. ¿En qué medida huyo de los conflictos?
7. ¿Hay en mí una añoranza reprimida de un paraíso infantil sin conflictos en el que se me quería y mimaba sin que yo tuviera que abrirme paso a mordiscos?

Intestino delgado e intestino grueso.

En el intestino delgado se produce la digestión propiamente dicha, mediante división en componentes (análisis) y asimilación. Llama la atención el parecido existente entre el intestino delgado y el cerebro. Ambos tienen una misión similar: el cerebro digiere las impresiones en el plano mental y el intestino digiere las sustancias materiales. Las afecciones del intestino delgado suscitan la pregunta de si el individuo no estará analizando demasiado, ya que la función característica del intestino delgado es el análisis, la división, el detalle.

Las personas con afecciones del intestino delgado suelen tender a un exceso de análisis y crítica, de todo tienen algo que decir. El intestino delgado es también un buen indicador de las angustias vitales; en el intestino delgado el alimento es valorado y «aprovechado». En el fondo de la preocupación por la valoración está la angustia vital, angustia de no recibir lo suficiente y morir de hambre. Más raramente, los problemas del intestino delgado pueden denotar también lo contrario: falta de capacidad de crítica. Éste es el caso de las llamadas [Fettstuhlen] de la insuficiencia pancreática.

Uno de los síntomas que con más frecuencia se dan en la zona del intestino delgado es la diarrea. Nosotros decimos - Ése de miedo se lo hace en los pantalones - Tener diarrea significa tener miedo. En la diarrea tenemos la indicación de una problemática de angustia.El que tiene miedo no se entretiene en estudiar analíticamente las impresiones sino que las suelta sin digerir. No hay más remedio. Uno se retira a un lugar tranquilo y solitario donde puede dejar que las cosas sigan su curso. Con ello se pierde mucho líquido, ese líquido símbolo de la flexibilidad que sería necesaria para ampliar la angustiosa frontera del Yo y con ello vencer el miedo. El miedo siempre está asociado con lo estrecho y con el afán de aferrarse. La terapia del miedo consiste siempre en: soltarse y expandirse, adquirir flexibilidad, observar los acontecimientos: ¡dejarlo correr! El tratamiento de la diarrea suele limitarse a administrar al enfermo gran cantidad de líquidos. Con ello recibe simbólicamente esa fluidez que necesita para ampliar sus horizontes, en los que experimenta el miedo. La diarrea, ya sea crónica o aguda, nos indica siempre que tenemos miedo y que tratamos de aferrarnos y nos enseña a soltar y dejar correr.

En el intestino grueso, la digestión ya ha terminado. Aquí lo único que se hace es extraer el agua del resto de los alimentos indigestibles. La afección más generalizada que se produce en esta zona es el estreñimiento, modelo genuino de resistencia: retención-tensión y obstinación-deseo de venganza.

Desde Groddeck, el psicoanálisis interpreta la defecación como un acto de dar y regalar. Para darnos cuenta de que simbólicamente la deposición tiene algo que ver con el dinero basta recordar una expresión común en Alemania de Geld–schieser (defeca–dinero) y el cuento del asno de oro que, en lugar de estiércol, defecaba monedas de oro. Popularmente también se asocia el pisar deposiciones de perro con la perspectiva de recibir una suma de dinero. Estas indicaciones deben bastar para poner de manifiesto, sin recurrir a complicadas teorías, la relación simbólica existente entre excremento y dinero o entre defecar y dar.

Estreñimiento es expresión de la resistencia a dar, del afán e retener y está relacionado con la problemática de la avaricia. En nuestra época el estreñimiento es un síntoma muy extendido que padece la mayor parte de la gente. Indica claramente un exagerado afán de aferrarse a lo material (avaricia) y la incapacidad de ceder. Pero al intestino grueso corresponde otro importante significado simbólico. Si el intestino delgado se relaciona con el pensamiento analítico consciente, el intestino grueso corresponde al inconsciente, en el sentido literal, al «submundo». El inconsciente es, desde el punto de vista mitológico, el reino de los muertos. El intestino grueso es también un reino de los muertos, ya que en él se encuentran las sustancias que no pueden ser convertidas en vida, es el lugar en el que puede producirse la fermentación. La fermentación es también un proceso de putrefacción y muerte. Si el intestino grueso simboliza el inconsciente, el lado nocturno del cuerpo, el excremento representa el contenido del inconsciente.

Y ahora reconocemos claramente el otro significado del estreñimiento: es el miedo a dejar salir a la luz el contenido del inconsciente. Es la tentativa de retener fondos reprimidos. Las impresiones espirituales se acumulan y uno no consigue distanciarse de ellas. El paciente estreñido, literalmente, no puede dejar nada tras sí.

El estreñimiento nos indica que tenemos dificultades para dar y soltar, que queremos retener tanto las cosas materiales como el contenido del inconsciente y no queremos que nada, salga a la luz. Se llama colitis ulcerosa a una inflamación del intestino grueso que se manifiesta en forma aguda y tiende a hacerse crónica y produce dolores y frecuentes deposiciones de mucosidades sanguinolentas. También aquí la voz popular demuestra sus grandes conocimientos psicosomáticos: en alemán se llama vulgarmente Schleimscheisser o Schleimer, es decir, «defecación con moco», al individuo hipócrita, obsequioso y adulador capaz de todo por congraciarse, incluso de sacrificar su personalidad, de renunciar a su vida propia a fin de vivir la vida de otro en una especie de unidad simbiótica. La sangre y la mucosidad son sustancias vitales, símbolos de la vida. (Los mitos de numerosos pueblos primitivos cuentan que la vida surgió del lodo o del murciélago.) Sangre y moco pierde el que teme asumir su propia vida y su propia personalidad. Vivir la propia vida, empero, exige distanciarse del otro, lo cual provoca cierta soledad (pérdida de la simbiosis). De esto tiene miedo el que padece colitis. De miedo suda sangre y agua por el intestino. Por el intestino (= el inconsciente) ofrece en sacrificio los símbolos de su propia vida: sangre y moco. Sólo puede ayudarle reconocer que cada cual ha de vivir su propia vida de forma responsable, porque, si no, la pierde.

El páncreas.

El páncreas forma parte del aparato digestivo y tiene dos funciones principales: la exocrina, que consiste en la producción de los jugos gástricos esenciales, de carácter eminentemente agresivo, y la endocrina. Mediante la función endocrina, el páncreas produce la insulina. El déficit de producción de estas células da lugar a una afección muy frecuente: la diabetes (azúcar en la sangre).

El diabético

Por falta de insulina, no puede asimilar el azúcar contenido en los alimentos; el azúcar escapa de su cuerpo con la orina. Sólo sustituyendo la palabra azúcar por la palabra amor habremos expuesto con claridad el problema del diabético. Las cosas dulces no son sino sucedáneo de otras dulzuras. Detrás del deseo del diabético de saborear cosas dulces y su incapacidad para asimilar el azúcar y almacenarlo en las propias células está el afán no reconocido de la realización amorosa, unido a la incapacidad de aceptar el amor, de abrirse a él.El diabético —y esto es significativo— tiene que alimentarse de «sucedáneos»: sucedáneos para satisfacer unos deseos auténticos. La diabetes produce la hiperacidulación o avinagramiento de todo el cuerpo y puede provocar incluso un coma. Ya conocemos estos ácidos, símbolo de la agresividad.

Una y otra vez, nos encontramos con esta polaridad de amor y agresividad, de azúcar y ácido (en mitología: Venus y Marte). El cuerpo nos enseña, EL QUE NO AMA SE AGRIA… o formulado más claramente… EL QUE NO SABE DISFRUTAR SE HACE INSOPORTABLE… SOLO PUEDE RECIBIR AMOR EL QUE ES CAPAZ DE DARLO... El diabético da amor sólo en forma de azúcar en la orina. El que no se deja impregnar no retiene el azúcar. El diabético quiere amor (cosas dulces), pero no se atreve a buscarlo activamente «A mí lo dulce no me conviene». Pero lo desea «Qué más quisiera, pero no puedo». No puede recibir, puesto que no aprendió a dar, y por lo tanto no retiene el amor en el cuerpo: no asimila el azúcar y tiene que expulsarlo. ¡¡Cualquiera se amarga!! ¿No es cierto?


Este artículo fue extraído del libro: “La enfermedad como Camino” de:

Thorwald Dethlefsen y Rudiger Dahlke. “El camino del individuo va de lo insano a lo sano, de la enfermedad a la salud y a la salvación. La enfermedad no es un obstáculo que se cruza en el camino, sino que la enfermedad en sí es el camino por el que el individuo va hacia la curación. Cuanto más conscientemente contemplemos el camino, mejor podrá cumplir su cometido. Nuestro propósito no es combatir la enfermedad, sino servirnos de ella, para conseguir esto, tenemos que ampliar nuestro horizonte”… (Los autores)